CALIPO apareció en una finca en el polígono de Hontoria. La propietaria de la finca nos avisó de que estaba en el interior y que no podían cogerle. Le pudimos rescatar usando nuestra jaula-trampa. Al principio estaba muy asustado y no nos permitía tocarle pero ya se ha relajado y ha descubierto que no todos los humanos son malos y que las caricias molan y dan gustito... Si quieres dar una oportunidad a este bellezón, no lo dudes más, tendrás un compañero fiel para siempre.